martes, 11 de marzo de 2014

Tribus urbanas: rebeldía, identidad y pertenencia.



Con sus diferentes estéticas, valores e ideologías las tribus urbanas forman parte del día a día de la sociedad. Esta nota propone un breve recorrido sobre la influencia de este fenómeno en la actualidad.




Las sociedades capitalistas se basan en el establecimiento de un vínculo social basado en la competencia de todos contra todos, en la mercantilización de las relaciones sociales, la precariedad de los puestos de trabajo y la privatización del espacio público. Como resultado de esto solo una minoría resulta beneficiada.
 En este contexto se genera una comunidad “destructiva” donde la afirmación de uno implica la destrucción del otro. Dicha ruptura del lazo social tiene como consecuencia el vaciamiento de la subjetividad y los procesos de desidentificación, situación que tiene como escenario principal a la ciudad en tanto espacio en el que convergen las múltiples manifestaciones de una crisis a nivel cultural que ha dado lugar a la aparición de tribus urbanas.

Los estilos flogger, emo, otakus (fanáticos de los animé), y, por supuesto punk, skind, rasta, metalero y la lista continúa: todos ellos forman parte de diversas Tribus urbanas. Este concepto fue formulado por el sociólogo francés Michel Maffesoli, en 1990, quien definió a una tribu urbana como un grupo de individuos que se comportan de acuerdo a estéticas y valores similares. 
Son jóvenes que buscan una identidad diferenciada o nuevas formas de expresión frente al proceso de homogenización cultural. Son comunidades emocionales que expresan una nueva forma de sociabilidad. Se sustentan en la satisfacción del sentimiento de pertenencia y sensación de proximidad espacial. Cabe aclarar que se constituyen a partir de lazos emocionales fuertes e intensos, pero, a la vez, efímeros, a partir de que se hallan sujetos a las variaciones de la moda, el contexto y los valores socioculturales, y, también, a los cambios particulares de la etapa vital de cada individuo. En definitiva cada tribu urbana se configura a partir de signos de su época, condicionamientos sociales, posicionamientos y actitudes variables.

Para entender el fenómeno podría ejemplificarse con la aparición y repercusión en la sociedad contemporánea de un nuevo grupo los: Hipsters. Su historia se remonta a EE.UU. allá por los años 40. Eran jóvenes blancos fanáticos del Bop- un estilo particular de jazz- y de la música negra. Hay quienes los definen como un tipo de subcultura generada por el neoliberalismo, donde el arte la moda vintage y el cine independiente son sus intereses. En las últimas décadas volvieron a surgir expandiéndose a nivel mundial y ganando terreno en Latinoamérica. La pregunta es: ¿se los puede considerar cómo una tribu urbana? En definitiva el concepto tratado no es estático, va sufriendo variaciones con el tiempo y con las modas. Las Tribus urbanas deben entenderse como un grupo de “ruptura- integración” de la cultura hegemónica, a través de la creación de una subcultura donde lo que consumen forma parte de un estilo que le da una identidad propia, alejada del “común de la gente”.

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